lunes, 23 de mayo de 2011



Así…

Y caminaba mi ciudad,
con sus luces, callada, silenciosa,
en una noche fría, tácita.
Y te sentí así, parte de un paisaje
que recorro.

En una esquina, solitaria,
el sonido de un bandoneón te nombraba,
y bajo la lluvia, sola… te encontré.

Respirarte fue un desafío,
y una hazaña limpia tu alma,
que en donde está me nombra.

Y me quedé así… vulnerable al tiempo.

En un desquicio de anochecer
furtivo y elocuente
tembló mi alma
y caía la lluvia mojando
las hojas de los árboles.

Y el paisaje, la ciudad…
mi calma y tu alma
se fundieron en el inconsciente,
consiente de existencia.

Y hasta me pregunté en ese andar
cómo hará el amor la tierra
cuando la lluvia la moja
y bajó tu rostro…
y me empapó la lluvia.

Y me quedé así… inerte al tiempo
mi calle, mi ciudad, mi gente…

Civetta

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