viernes, 9 de abril de 2010


Pintura Amelia Prieto

Amanecer

Al alba incorpóreo el sol se pronunciaba
y el día presagiaba su presencia tenue.
Entre las olas del mar dibujando tu nombre
Etérea te presentí, de lejos te sonreí.

En las rocas de un amanecer insinuante,
sobre el éxtasis de un mar azul te encontrabas.
Con el viento que plegaba tu voz encendida,
cual sirena encantadora de colores te vi.

Sobre aquel muelle tus sueños se esparcían
en el bóreas de tu alma que buscaba quietud.
Estrenabas una sonrisa de caracolas,
presa de un reposo azul te perpetuabas.

Atesoraban la fragilidad de tus manos
el fragor de un libro que calmaba tu ansia.
Pensativa te adrentabas al centro del mar
esparciendo tu alma, mutilando las horas.

Pequeña insuperable me miraste cautiva,
momento inmemorable en cruces de miradas
que llegaron al encuentro de tus ojos verdes
y me abrazaron al instante que me vieron.

Civetta

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